La música.
Sí la música, eso que nos acompaña a muchos durante todo el día, que forma parte de nosotros.
Que muchas veces piensas que no merece la pena seguir con esto o que no simplemente no tienes ganas de seguir con el esfuerzo.
Cuando pienses esto, consuélate pensando: Cuanto más duro es el camino, más reconfortante es la meta, es así, no todo el mundo puede tocar un instrumento y hacer llegar a la gente tus sentimientos más profundos con la música, la gente puede hacerlo sonar, pero de hacer sonar un instrumento a hacer disfrutar a la gente con los sentimientos que demuestra esa melodía hay un largo camino.
Piensa que no todo el mundo puede hacer lo que haces, no te empeñes en pensar que eres como todo el mundo, cambia la mentalidad, cuántas personas se quedan mirando tras una actuación tu instrumento pensando... ¡Ojalá pudiera hacer lo que hace! 
Tu instrumento forma parte de ti, forma parte de tu vida, de tus sentimientos, de tu forma de ser, el único capaz de comprenderte y consolarte sin necesidad de palabras.
¿Qué mejor que tras un mal día cojas tu instrumento y salir nuevo?
Pocas personas pueden hacerlo.
Por eso, no intentes desmotivarte con el pensamiento de seguro que hay gente que lo hace mejor que yo, ¡Claro que hay gente que lo hace mejor que tu! ¡Pero debes demostrar que no todos lo disfrutan como tu! No hay cosa más fea que decirle a alguien que te dedicas a la música y diga ¿solo a la música? Como si fueras inferior, la gente puede tener 2 o 3 carreras, pero nunca serán tan felices como una persona que se dedica a la música.
La capacidad de la música de cambiar a la persona es sorprendente, increíble.